Introducción
El concepto de genocidio emerge en uno de los períodos más oscuros de la historia moderna. Fue propuesto por Raphael Lemkin en 1944, en respuesta a las atrocidades sistemáticas que estaba presenciando el mundo.
La definición del concepto ha evolucionado desde su concepción inicial, que se centraba específicamente en el exterminio por motivos raciales, nacionales o religiosos. Un ejemplo temprano fue el genocidio armenio, seguido por el Holocausto.
En 1948, las Naciones Unidas estableció una definición formal a través de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio. Esta definición amplió el concepto para incluir no solo el asesinato masivo, sino también otras formas de destrucción sistemática de grupos humanos, como el daño físico o mental grave, la imposición de condiciones de vida destructivas, la prevención de nacimientos y el traslado forzoso de niños.